El presidente indonesio firmó recientemente una moratoria de tres años relacionada con la producción de aceite de palma y ordenó revisar las plantaciones existentes.
Las restricciones de viaje y circulación ya han dejado al segundo mayor productor de aceite de palma del mundo lidiando con una escasez de 37.000 trabajadores, casi el 10% de la fuerza laboral total.